La cárcel de Ushuaia empezó a construirse en 1902 y no duró ni 30 años activa.
Ushuaia es una ciudad turística en Argentina que se encuentra al sur del continente americano en la zona que se conoce como "Tierra de fuego" o "Fin del mundo", pues se ubica lo más al sur del continente, lo más cerca de la Antártida.
En esta región se ubica la cárcel más emblemática del país, que aunque cerró hace varias décadas, sigue siendo un lugar al que año con año miles de turistas visitan por su historia.
El penal del "fin del mundo"
De acuerdo con el gobierno de Argentina, la cárcel de Ushuaia empezó a construirse en 1902 y ese año, los mismos presidiarios se involucraron en la construcción de la prisión de máxima seguridad que los mantendría cautivos, a algunos hasta el día de su muerte.
Formalmente, la construcción concluyó en la década de 1920 y aunque inicialmente se pensó que tuviera celdas con un solo reo, la prisión llegó a albergar hasta 600 presos en 386 celdas que estaban ubicadas en cinco pabellones.
El Museo del Presidio menciona que en este lugar hubo presos que cometieron delitos graves y que incluso fueron condenados a cadena perpetua, algunos de ellos fueron Mateo Banks, Cayetano Santos apodado "El petiso orejudo", Pedro Bidegain, Carlos Montes, Mario Cima y Emir Mercader, varios de ellos fueron presos políticos.
La cárcel no duró ni 30 años activa, pues cerró en 1947 por órdenes del presidente Juan Domingo Perón por varias razones, pero una de ellas fue por el lado humanitario, pues el clima extremo que se vive en esa zona, al estar relativamente cerca de la Antártida, afectaba tanto a los presos como al personal.
Otro argumento para su cierre fue que el expresidente buscaba modernizar el sistema penitenciario. Finalmente, el edificio de la cárcel de "El fin del mundo" fue vendido a la Marina argentina para crear la Base Naval de Ushuaia.
Después de la década de los 90, el lugar finalmente pasó a ser la sede del Museo Marítimo de Ushuaia y el Museo del Presidio, lugares donde se relata parte de la historia de Ushuaia.
Brenda Barrera | El Sol de México
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