Hay desempleo decreciente, hay un aumento de la participación del empleo formal, una disminución del empleo informal.
Chile normaliza sus cifras de desempleo tras anotar un 8,3 por ciento en el trimestre abril-junio de este año, luego de superar los dos dígitos en pandemia, sin embargo, aún no recupera los niveles anteriores a la emergencia sanitaria, por lo que expertos plantean que el país necesita un cambio económico estructural para paliar la desocupación histórica.
El subdirector técnico del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, Leonardo González Allendes, explicó esta semana que la tasa de desocupación tenida en el país del 8,3 por ciento reflejó un descenso de 0.2 puntos porcentuales en 12 meses.
"La variación no es estadísticamente significativa, pero podemos constatar que es la cuarta disminución consecutiva luego de un periodo donde tuvimos 16 aumentos seguidos", complementó González.
En tanto, para el economista y académico de la Universidad de Tarapacá, Fernando Cabrales, estas cifras parecen mostrar "una cierta normalización en el mercado del trabajo".
"Hay desempleo decreciente, hay un aumento de la participación del empleo formal, una disminución del empleo informal. En general, anualizadamente, es una disminución en la tasa de desempleo y, por lo tanto, son buenas noticias", señaló a Xinhua.
No obstante, el doctor en Economía acotó que el problema es que la economía chilena "no ha recuperado los niveles que debería haber tenido si la economía hubiera seguido creciendo al mismo ritmo que crecía el año 2019".
"Si comparamos con lo que debería haber en este minuto, si la situación hubiera sido normal desde el año 2019 en adelante, sin considerar estallido social ni pandemia, nosotros estamos todavía bajo en unos 200 mil empleos respecto a lo que debería haber habido sin estas coyunturas tan desfavorables", apuntó.
Según datos del Banco Central chileno, la tasa de desocupación del país sudamericano se ha mantenido entre el 8 y el 9 por ciento en los últimos tres años, tras superar los dos dígitos en los peores meses de la pandemia y marcar 13,09 por ciento en julio de 2020.
Las mismas estadísticas, no obstante, indican que durante la década pasada, Chile tenía una tasa de desocupación más baja que las cifras actuales y llegó a anotar menos de 6 por ciento en periodos de 2013, 2015 y 2016.
Cabrales contextualizó que desde el fin del "superciclo" en los precios de "commodities" (bienes básicos) tenido en 2014, período de alrededor de una década cuando se impulsó la demanda por materias primas, lo que benefició a Chile como primer país cuprífero del mundo, "la economía chilena se quedó sin mucho que hacer".
"Yo diría que eso es un fenómeno que está fuertemente asociado a lo que en política se llama 'las estrategias de desarrollo'. Chile no ha dado con una estrategia de desarrollo", apuntó.
"Estructuralmente, la economía chilena necesita un cambio; encontrar una actividad que sea productiva, que le permita integrarse al mundo y genere empleo, porque hoy en día las actividades dinámicas, competitivas, exportadoras son muy poco generadoras de empleo y hay algunas de ellas que están perdiendo productividad", abundó el economista.
Cabrales, sin embargo, alentó que el Gobierno del presidente Gabriel Boric "parece muy entusiasmado con las energías verdes, la explotación del litio y el hidrógeno verde, actividades que podrían tener un desarrollo muy potente, probablemente comparado con el cobre quizá en varios años más, pero está por probarse".
A su vez, el director de estudios de Ipsos Chile, uno de los centros de estudios más importante del país, Pablo Alvarado, explicó esta semana a la prensa local que lo que observamos este año, "es que el desempleo es probablemente el tema que genera mayor temor en la ciudadanía", según un informe que publicaron de manera reciente.
Por su parte, el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, Juan Bravo, afirmó a un medio chileno que el mercado laboral "sigue muy debilitado".
"Tenemos una creación de empleos altamente precaria, donde el 62 por ciento de los empleos creados son informales y donde el empleo asalariado en el sector público, si bien no lidera, sí tiene un aporte importante dentro de la generación de puestos de trabajo y donde el empleo asalariado formal en el sector privado sigue muy debilitado", complementó.
Cristóbal Chávez Bravo | Xinhua
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