El clima extremo es la principal dificultad a la que se enfrentan los migrantes.
“Es difícil estar aquí, el clima es muy extremo”, fue el primer comentario de una mujer a su compañera de asiento al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de El Paso, en un vuelo procedente de Houston, luego de que ésta expresó en voz alta lo “seco” que se veía el paisaje por la ventanilla del avión.
Este clima extremo es la principal dificultad a la que se enfrentan los migrantes y lo que ha elevado el rescate de estos en casi 27 por ciento pese a la baja de arrestos en el sector El Paso, un tramo de frontera que se extiende por 425 kilómetros entre Texas y Nuevo México.
En lo que va del año fiscal 2024, que empezó el pasado 1 de octubre, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha realizado 757 rescates de migrantes sólo en esta zona, 160 más que los registrados en todo el año anterior.
El incremento en las temperaturas es la razón por la que se han incrementado estos rescates, explicó a El Sol de México Orlando Marrero Rubio, portavoz de la Patrulla Fronteriza.
“Sin duda el clima es el principal factor para este aumento. Los rescates que hacemos son por deshidratación o golpes de calor, hemos notado más este tipo de situaciones”, contó el agente durante un recorrido por la zona.
En los últimos días, la temperatura en la zona fronteriza entre Texas, Nuevo México y Chihuahua ronda los 37 grados centígrados por la tarde, pero hacia finales de julio y en agosto se espera que llegue hasta los 45 grados.
De acuerdo con Marrero, el calor se siente más intenso por ser “seco”, por lo que se convierte en la mayor amenaza para las personas que se aventuran a caminar por días por el Desierto Chihuahuense, el más grande de Norteamérica con 630 mil kilómetros cuadrados.
A las 6:00 am el termómetro ya marca 25 grados centígrados, y aunque el viento es fresco no hay ni una gota de humedad.
“El primer signo de deshidratación son los labios secos, encontramos a muchos migrantes con estas condiciones, algunos porque piden ayuda y otros porque los detectamos caminando en círculos, perdidos en el desierto”, contó el agente fronterizo.
Las muertes, que pueden ocurrir porque los migrantes son abandonados a su suerte en el calor o por ataques de animales como víboras de cascabel, suman 132 hasta el este 15 de julio, ver a de las 149 que totalizaron todo el año pasado.
Este incremento en los rescates se da pese a que hay una baja considerable en los arrestos por cruces ilegales.
Datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) señalan que entre octubre y lo que va de julio se han realizado 204 mil arrestos de migrantes en el Sector El Paso, casi 39 por ciento menos que en el mismo periodo del año fiscal previo.
La contracción se da pese a que esta es una de las zonas preferidas por “polleros” o “coyotes” para pasar migrantes, ya que la mitad de la línea fronteriza en el sector no cuenta con un muro, debido a las dificultades para construirlo por la orografía del lugar.
Agentes fronterizos coincidieron en que esta baja se debe a menos cruces de migrantes, ahuyentados por nuevas legislaciones en este país más duras contra ellos.
A principios de junio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para restringir el acceso de migrantes indocumentados al país y dificultar la obtención de asilo.
La orden establece que, ante el incremento de cruces ilegales, quienes crucen de manera indocumentada no serán elegibles para solicitar asilo, con algunas excepciones, como niños que viajan solos, víctimas de trata o personas con una emergencia médica; además de que los detenidos serán sujetos a la deportación acelerada, entre otras medidas.
Sólo en el Sector El Paso hay unos mil 600 agentes fronterizos que vigilan día y noche la zona, apoyados por equipos como patrullas, drones, helicópteros y cámaras.
Juan Luis Ramos | Enviado | El Sol de México
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