Es uno de los más visitados de la entidad para ejercitarse y disfrutar la naturaleza
TLAXCALA, Tlaxcala. Entre los municipios de San José Teacalco y San Antonio Cuaxomulco emerge el Cuatlapanga, un cerro de dos mil 900 metros de altura que los tlaxcaltecas han adoptado para ejercitarse y gozar de la belleza natural que ofrece el paisaje desde las faldas hasta la cima.
Su nombre proviene del náhuatl y significa “cabeza partida”, pues la cumbre de esta elevación se divide en dos crestas. En la principal se erige un monumento de Cristo Rey, el cual data de 1933 y tiene su fiesta más importante en el mes de junio.
La segunda cúspide de este cerro, considerado guardián y protector de los lugareños, alberga una banca desde donde se puede apreciar la Malinche, el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, así como la inmensidad de los municipios circundantes como Apizaco, Xaloztoc y Tzompantepec.
En cualquiera de las aventuras, la escalada sirve para desarrollar condición física, respirar aire fresco, pasear a las mascotas o simplemente salir de la rutina. Y ya que el camino es un sendero muy marcado, resulta un camino seguro para todos los miembros de la familia.
Al escalar el cerro Cuatlapanga, los aventureros caminan cinco kilómetros y medio, que equivalen a más de siete mil pasos.
La cantidad de calorías quemadas entre el ascenso y descenso puede variar según varios factores, como la velocidad y el nivel de condición física. Sin embargo, una persona en promedio puede quemar entre 300 y 400 calorías por las dos horas en promedio que dura la escalada.
Escalar cualquier elevación natural puede ser tan divertido como peligroso, existen riesgos de caídas y mal de montaña. Por ese motivo, practicar este tipo de actividades requiere tener mucha precaución y responsabilidad.
A pesar de que el Cuatlapanga es un cerro relativamente pequeño, es mejor subir durante el día, cuando el sol no está en su punto más fuerte. La hora ideal para subir es entre las 6:00 y 11:00 horas.
La vestimenta básica son tenis con suela antiderrapante, ropa cómoda y gorra para protegerse del sol. De igual forma, es necesario usar protector solar de factor 50.
Es óptimo agregar de medio a un litro de agua en la mochila y para comer hay que llevar cereales como avena o semillas, barras energéticas o frutas.
Muchas familias aprovechan el mirador para hacer carne asada, días de campo o fogatas. Así que la recomendación es regresar con toda la basura generada en bolsas, apagar bien las brasas de las fogatas y evitar extraer elementos de la naturaleza como piedras, plantas o animales.
Son muchas las leyendas alrededor del cerro, pero la más conocida se enmarca en la tradición oral de Cuaxomulco. Los habitantes de este municipio cuentan que hace cientos de años habitó el lugar un guerrero de nombre Cuatlapanga, quien estaba completamente enamorado de una hermosa mujer de nombre Malintzi.
Justo a mitad de sus planes de boda, la pareja tuvo que separarse para pelear contra los aztecas, así que se despidieron por tiempo indefinido. Cuando el joven regresó por su amada, ella ya había muerto.
Los dioses prehispánicos lo vieron llorar y se conmovieron ante tal tragedia, por lo cual lo petrificaron junto a la tumba de la doncella. Desde entonces, se puede ver al Cuatlapanga gritando de dolor con la boca abierta junto a la montaña que representa a la dama.
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