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Foto del escritorEl Sol de México

Martha Bárcena considera que a México “le urge una política exterior creativa"

El tener por primera vez a una mujer como presidenta en México no garantiza que la equidad de género vaya a mejorar.



“Era una política más de rollo que de hechos concretos”, dice Martha Bárcena sobre la política exterior feminista del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la cual, asegura, no avanzó lo suficiente y que el panorama para el futuro tampoco es alentador con Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidenta electa.


En entrevista con El Sol de México, la embajadora emérita y representante ante Estados Unidos de 2018 a 2021, señala que el tener por primera vez a una mujer como presidenta en México no garantiza que la equidad de género vaya a mejorar en áreas como el servicio exterior, ya que Sheinbaum Pardo no ha hecho mención alguna en sus discursos sobre el futuro de las diplomáticas mexicanas en el extranjero.



¿Cuáles son los retos de Claudia Sheinbaum en cuestión de género en el servicio exterior mexicano?


Hay dos temas en los que me gustaría ubicar la cuestión de género. El primero es en el de la promoción de los derechos humanos, que el gobierno de López Obrador no les hizo el menor caso a nivel internacional, porque no condenó las violaciones de regímenes autoritarios como el de Nicaragua, en los que sucedieron cosas increíbles, pero tampoco aprovechó la experiencia que se hubiera podido tener de instancias internacionales especializadas en la localización e identificación de desaparecidos, por ejemplo.


Yo diría, entonces, que el tema de género desde el aspecto del análisis de la promoción y protección de los derechos humanos y específicamente en la búsqueda de los desaparecidos y desaparecidas, pues empezó con buena voluntad y terminó en un desastre.

El análisis sobre feminicidios es similar, porque no sólo no se hizo un tema central de cooperación por ejemplo con la ONU, sino que siempre estuvimos a la defensiva y negando lo innegable.


El otro tema es el de la política exterior feminista de la que hablaban, primero Marcelo Ebrard y después Alicia Bárcena, pero que el presidente López Obrador nunca mencionó. En realidad era una política más de rollo que de hechos concretos. Alicia, cuando llegó, trato de darle un poco más de contenido nombrando a mujeres en puestos importantes, pero yo creo que el tema de género en el servicio exterior ahorita es un tema que no ha avanzado lo suficiente y que tampoco tengo esperanzas de que avance mucho en el caso de Claudia Sheinbaum, porque no ha hecho una sola mención de reconocimiento ni de defensa al servicio exterior mexicano. Entonces me temo que va a seguir con una visión de nombramientos políticos y de nombramientos ideológicos que no necesariamente nos van a llevar al desarrollo de una política exterior feminista y ni siquiera de una buena política exterior.


¿Se vislumbra un panorama oscuro para el servicio exterior y sobre todo para las mujeres?


No sé si para las mujeres, pero si es una perspectiva no muy alentadora para el servicio exterior mexicano, del rescate del servicio exterior como uno de los grandes servicios civiles de carrera y creo que no puedo tener muchas esperanzas al respecto. Yo diría que por el momento soy escéptica de la política exterior que pueda desarrollar, porque las pocas manifestaciones que ha hecho al respecto han sido puros lugares comunes, vamos a tener una relación amistosa con Estados Unidos, pues claro que la vamos a tener y eso lo hubiera dicho cualquiera porque ningún presidente de México va a decir nos vamos a pelear con Estados Unidos.


Pero no hay líneas concretas que puede desarrollar. Creo que hay muchas oportunidades de hacer una política exterior creativa, activa, que retome la asistencia al G-20, que le dé importancia a la política exterior feminista, al tema de las negociaciones del cambio climático a las que López Obrador no se paró jamás. Creo que tiene un reto enorme en rediseñar un arco de cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos, porque el entendimiento Bicentenario no ha sido suficiente. Tenemos el T-MEC, le urge a México una política exterior creativa y activa y lo que ha dicho hasta ahora la presidenta electa, pues me hace ser una poca escéptica.



El hecho de ser mujer, ¿no nos da una esperanza?


¡Ah! Sí estoy feliz de que tengamos la primera presidenta mujer, pero me da una esperanza en general para el cambio cultural del país, no necesariamente en el servicio exterior.


¿Qué retos considera usted que deberá enfrentar Claudia Sheinbaum?


Es un campo minado lo que tiene enfrente. El reto fundamental es reconocer que la mayor amenaza a la seguridad nacional de México es el crimen organizado. Y que por lo tanto tiene que ajustarse la política de seguridad del gobierno actual. Eso incluye la negociación de un nuevo marco de cooperación con Estados Unidos.


El segundo reto enorme está en las finanzas, porque se vienen unos vencimientos de la deuda de Pemex por la caída en la producción que van a significar un peso enorme para su gobierno, porque van a limitar el margen de maniobra.


Además, hay otros temas ligados como proyectos que se tendrán que terminar, como Dos Bocas, el Tren Maya, que no contribuyen fundamentalmente a atraer nuevas inversiones. No hay electricidad suficiente para las nuevas empresas que quieren estar en México. Sin duda tiene cuellos de botella muy grandes en términos de infraestructura ligadas a las limitaciones financieras que van a hacer que la gran esperanza de la relocalización quizás no se cumplan en toda la dimensión.


¿El hecho de ser mujer influye en la geopolítica? ¿Influye frente a líderes mundiales varones?


Creo que puede ser un tema a su favor. El hecho de que la jefa de Estado del país hispanoparlante más grande del mundo sea una mujer es muy bueno. Yo creo que en general va a ser bien recibida y que la van a respetar por ser mujer, por ser muy preparada, por ser una científica muy ordenada. Quizás habrá algunos cuantos jefes de estado misóginos, que seguramente siempre los hay, pero acuérdate como decían con Ángela Merkel y se llevó al baile a muchos políticos alemanes y casi fue la única en regañar a Trump, no quiero decir que Claudia vaya a regañar a Trump, pero su calidad de mujer puede ser algo a su favor.


Roxana González | El Sol de México



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