Los mexicanos en el exterior prefieren quedarse en Israel, cuya guerra en Gaza ha dejado más de 40 mil muertos.
Al menos 264 mexicanos han rechazado el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para salir de zonas de conflicto y regresar a México, porque temen más a la violencia de los grupos del crimen organizado en nuestro país, que a enfrentar la vida en medio de la guerra, de acuerdo con registros de la Cancillería, dependencia encargada de velar por la protección de connacionales en el extranjero.
Los mexicanos en el exterior prefieren quedarse en Israel, cuya guerra en Gaza ha dejado más de 40 mil muertos, o Ucrania, donde más de 11 mil civiles han muerto desde febrero de 2022, cuando fue invadida por Rusia. En México, que oficialmente no enfrenta algún conflicto armado, de enero a junio de este año 13 mil 463 personas fueron asesinadas.
El Sol de México contactó a algunos connacionales para quienes la vida en medio de conflictos armados o guerras civiles les provoca menos temor que radicar en un país en el que al año más de 30 mil personas son asesinadas, aunque ese país sea el que los vio nacer.
“No, no es fácil, pero, sabes, aquí te sientes protegido por el Ejército que combate, mientras en México la sensación es de abandono, o te cuidas tú o nadie lo hace”, asegura Juan, uno de los 30 mexicanos que, de acuerdo con la cancillería, prefirieron quedarse en Ucrania tras el inicio de la invasión de Rusia, hace ya más de dos años.
En entrevista desde Kiev, comparte que llegó a Ucrania apenas un mes antes de que Moscú iniciara la invasión, el 24 de febrero del 2022, por una oportunidad de trabajo, pero sobre todo motivado por el aumento de la violencia en su comunidad natal, Buena Vista Tomatlán, en el estado de Michoacán, donde los enfrentamientos entre grupos del narcotráfico por la disputa para controlar la plaza “dejaba muertos en las calles casi todos los días”.
“En el primer año de la guerra las autoridades ucranianas contabilizaron 10 mil 368 civiles muertos por la guerra, mientras en el año 2023, en México fueron asesinadas más de 30 mil personas, de las cuales más de 25 mil por arma de fuego, dime tú, dónde es más peligroso vivir, aquí o en México”, afirmó Juan. Aseguró que varios de sus amigos de la infancia también han tenido que abandonar su pueblo para evitar ser reclutados por el narco por lo que regresar no es una opción para él. “Es triste, pero las noticias que recibo de México no son nada alentadoras, por el contrario, dan miedo; aquí a pesar de la guerra hay ciudades en las que puedes trabajar, en las que caminas seguro, mientras que allá, desafortunadamente, se vive la violencia en cada rincón del país”, agregó.
El temor de una guerra total entre Israel y El Líbano ha perseguido a Agustín desde que decidió ir a estudiar becado a Beirut, hace siete años, pero asegura que siente más miedo de volver a México por la violencia que impera en el país. “¿Regresar a qué? con tanta violencia”, cuestiona el chihuahuense.
Asegura que han sido varias las oportunidades que ha recibido de las autoridades mexicanas para dejar El Líbano y regresar a México, pero “por todo lo que me entero de lo que pasa allá, de los asesinatos, de los secuestros, de los enfrentamientos, prefiero quedarme aquí”, dice tajante. Agustín, quien es ingeniero electromecánico, asegura que las noticias que llegan a la capital libanesa sobre México son las de las masacres del narco contra población civil, las de los enfrentamientos entre grupos del narco peleando plazas o de gente colgada o descabezada por el narco.
“Con eso, en verdad da miedo regresar, también nos da miedo la guerra, pero es diferente porque una guerra concluye y si es una guerra larga se va desgastando por lo que el riesgo es menor, pero la violencia en México va en aumento y se ve difícil que pueda terminar”, dice Agustín.
“En todo caso, si tengo que salir de aquí buscaré otro país seguro porque escapar de la guerra para morir a manos del narco en México no sería lógico”, concluye.
Carlos llegó a Israel, junto con su familia, hace tres años tras haber sido secuestrado durante 14 días en Guadalajara, donde tenía una pequeña empresa de zapatos que heredó de su padre. A pesar de que duerme todos los días con el temor de que en cualquier momento los enemigos de Israel puedan volver a perpetrar un ataque como el que integrantes del grupo pro-palestino, Hamas, llevó a cabo el 7 de octubre del año pasado, asegura que prefiere vivir en medio de la guerra que volver a México, donde “trabajar se hace cada vez más difícil porque te secuestran o te matan si no pagas derecho de piso”.
“Es real, me da más miedo volver a México que vivir en medio de esta guerra; sabemos que la posibilidad de un bombardeo o un atentado es real, pero aquí me siento seguro porque sé que el Ejército nos protege, aquí nadie te secuestra y menos te extorsiona, me da mucho dolor decirlo, pero lo que viví en mi país me hizo huir porque comprobé que no hay quien te proteja, el crimen organizado es cada vez más fuerte y el gobierno no tiene capacidad para combatirlo”, aseguró.
Más de 500 mexicanos han sido evacuados de la zona de conflicto entre Israel y Palestina tras el estallido de la guerra hace un año por el ataque de Hamas. Además, la cancillería ha pedido no viajar a Medio Oriente ante el aumento de la tensión entre Israel e Irán que apoya a Líbano en una guerra histórica con el Estado Hebreo.
Cristina nunca imaginó que dejaría Chiapas para ir a vivir a Sudán tras casarse con un empresario de ese país al que conoció en una visita a la Ciudad de México. Llegar a un país desconocido, dice, fue difícil pues no hablaba árabe y su inglés no era muy bueno, pero poco a poco fue aprendiendo las costumbres y adaptándose a la vida de una de las naciones con más pobreza en el mundo. Hasta que en abril de 2023 estalló una guerra civil entre el Ejército y fuerzas paramilitares que ha provocado el desplazamiento forzado de más de 8.5 millones de personas, de los cuales, según la ONU, 1.8 millones han cruzado alguna frontera.
Tras el inicio de la guerra, dice Cristina, la cancillería mexicana la contactó para ser evacuada junto con su familia, pero la opción era regresar a México, lo que su esposo no aprobó por la inseguridad. Mi esposo –comparte Cristina—inmediatamente dijo a México no y menos a Chiapas con tu familia; es igual que quedarnos aquí, allá la violencia es igual.
Cristina había hablado unos días antes con su familia que es originaria de Tapachula y su mamá le comentó que el narco estaba inundando el estado y que había enfrentamientos a cada rato. “Al enterarse mi esposo dijo definitivamente no”, afirma.
Finalmente Cristina cuenta que rechazó el apoyo de las autoridades mexicanas y decidió cruzar la frontera hacia Egipto donde actualmente vive con su esposo y su hijo de cinco años. “Siempre quise regresar a Chiapas, pero sabemos que tampoco es opción pues dice mi familia que el narco está reclutando a la fuerza a los hombres y ahora me da miedo. Mi esposo dice que mejor regresamos a Sudán”.
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“Prefiero comer poco o dejar de comprar cosas a vivir con miedo”, señala Victoria Duarte. Ella es mexicana pero vive en Venezuela desde hace seis años. Asegura que las carencias que se viven en la nación sudamericana, donde más del 75 por ciento de la población vive en pobreza, según la ONU, no se comparan con la violencia que impera en nuestro país.
Victoria reconoce que la situación en la nación sudamericana ha empeorado desde la elección presidencial del 28 de julio. “Hay prácticamente toque de queda todo el día, no puedes salir porque corres el riesgo de que la policía te detenga. Hay militares por todas partes y las tiendas están semivacías”, afirma.
Sin embargo, descarta la posibilidad de solicitar ayuda a la embajada de México para salir de Venezuela y regresar a nuestro país. “No, la verdad es que allá no regreso, tampoco hay trabajo y en Guerrero, de donde yo soy, la violencia es desmedida, lo sé porque mi familia me lo dice. Aquí la situación tampoco es fácil, pero confiamos en que pronto esto se resolverá y regresaremos a vivir, con carencias, sí, pero sin miedo”, dice la mexicana.
De acuerdo con Victoria, quien vive con su esposo, de origen venezolano, y sus dos hijos de 7 y 5 años, su familia, sus amigas y hasta sus excompañeros de trabajo, con los que aún mantiene comunicación en México, le recomiendan quedarse en Venezuela “pues en México es cada vez más difícil vivir por los robos, los secuestros, pero sobre todo por la violencia del narcotráfico que a cada rato echan bala y ya no respetan a nadie”.
“Eso es lo que me dicen y yo lo creo porque también lo veo en las noticias acá, uno se acostumbra a vivir con carencias, como se vive acá, pero no sé si pudiera acostumbrarme a esos niveles de violencia, acá también hay necesidades, también te asaltan y también te matan por dinero, también hay grupos delincuenciales, pero no tan poderosos y letales como los de allá”, concluye Victoria.
Roxana González | El Sol de México
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