Los líderes tienen un rol clave al detectar estas heridas de la infancia y trabajar junto con sus equipos.
En todas las empresas hay un colaborador que se comporta de manera antipática, burlona o parece estar siempre a la defensiva… Sí, sucede hasta en los mejores equipos. Aunque etiquetarlo de manera despectiva es la acción más frecuente podría no ser la ruta más adecuada.
“Un líder sabe que detrás de este comportamiento hay un legado de aprendizaje, moldeado por las experiencias de la infancia. Donde la ausencia de conexión, atención y cariño provocó un vacío afectivo que hoy, el colaborador trata de compensar con un comportamiento negativo, que dificulta sus relaciones laborales e impacta en la productividad de la empresa”, afirma Bety Galván, coach empresarial.
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Añade que Daniel J. Siegel, profesor clínico de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles investigó cómo las relaciones sociales que los niños establecen con sus padres, afecta en los hemisferios del cerebro, pues de ellos aprenden a conectar y socializar; quienes no lo hacen, desarrollan un vacío afectivo que tratan de compensar con comportamientos negativos en la vida adulta.
“Esto da como resultado adultos poco empáticos, con problemas de socialización, con muchos miedos y comportamientos negativos que les dificulta tener buenas relaciones laborales", detalló Bety Galván, coach empresarial.
"Por lo que en lugar de reaccionar con frustración, indignación, rechazo o enojo, los directivos deben cultivar comprensión y empatía hacia sus equipos de trabajo para promover un clima laboral saludable que promueva el entendimiento, crecimiento profesional y en donde la empresa pueda alcanzar sus metas de crecimiento”, reiteró.
Con las siguientes acciones, los empresarios pueden acompañar y guiar a su equipo en la superación de sus barreras emocionales y el desarrollo de relaciones más saludables, de acuerdo con la coach empresarial, Bety Glaván:
1. Reflexiona antes de emitir un juicio
En lugar de juzgar de inmediato, es útil detenerse y reflexionar sobre las posibles razones
detrás de los comportamientos de los colaboradores. Esto permite reconocer las experiencias que podrían haber llevado a una persona a actuar de determinada manera y cambiar sus patrones de comportamiento de manera constructiva.
2. Establece límites claros
Es importante establecer límites claros y mantener los valores de la empresa, pero también ofrecer apoyo y oportunidades de aprendizaje. En lugar de simplemente rechazar a quienes muestran comportamientos negativos es posible ser el catalizador para un cambio positivo en la vida de los colaboradores.
3. Entabla una comunicación abierta
Un ambiente de comunicación abierta y honesta permitirá que el empleado se sienta seguro para expresar sus preocupaciones y emociones. Se recomienda la escucha activa de los distintos puntos de vista y actuar con empatía con respecto a sus vivencias.
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