En el Acapulco Diamante continúan los efectos de Otis.
A casi cumplir ocho meses del paso del huracán Otis en el puerto de Acapulco, hoteles y condominios de la zona Diamante se mantienen en silencio, sobre todo en ruinas y algunos en reparación; están cerrados por completo, resguardados por elementos de seguridad privada.
En la avenida Costera Las Palmas, zona residencial con condominios de lujo usados principalmente por sus inquilinos o usuarios que contratan por vía digital, lucen en obra negra, tapizados por hojas de madera y fachadas destruidas.
En un recorrido realizado por la zona nos percatamos del poco movimiento en la Costera Las Palmas, mientras que algunos trabajadores realizan labores de construcción y limpieza.
“Después de Otis, se murió la zona de los ricos, no vienen porque sus departamentos están destruidos. Mientras, nosotros estamos reconstruyendo”, dijo un trabajador.
Más de 25 mil departamentos de lujo, que pertenecen a privados, fueron afectados por el huracán Otis, además, su situación de restauración es incierta, señaló el presidente del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales en Guerrero, Julián Urióstegui Carbajal.
Así mismo, el empresario indicó que el 30por ciento de los inmuebles de la zona Diamante tienen un seguro total, el resto no cuenta con protección de reconstrucción a través de una agencia crediticia.
“Apenas vinieron unos dueños de estos departamentos, la mayoría decidieron vender sus propiedades, ya que su remodelación total es carísima, porque el Otis, acabó con todo”, dijo un elemento de la Policía Privada.
En el Acapulco Diamante continúan los efectos de Otis, algunos restaurantes o tiendas departamentales lograron reabrir, que anteriormente tuvieron pérdidas millonarias.
También, los hoteles que operan con normalidad son Mayan Palace y Princess Mundo Imperial, los cuales reciben cientos de turistas los fines de semana o puentes vacacionales.
Se trató de contactar a José Ángel González Cervantes, presidente de la Asociación de Colonos Riviera Diamante, pero no obtuvimos respuesta.
Pedro Andalón | El Sol de Acapulco